INICIATIVA DEBATE PUBLICO.Tal cual.
Debo decir que de entrada me ha dado
mala espina ver que nuestras miserias se aireaban en portada. No he
podido evitar pensar que eso no traería nada bueno. Ya sabemos que hay
unos entes abstractos y poderosos llamados mercados (que de abstractos
no tienen nada) que esperan el mínimo gesto de debilidad para atacar y
clavar las fauces en el cuello de su presa. Y lo cierto es que el
artículo en cuestión muestra bastantes gestos de debilidad; en realidad
creo que nos echa la soga al cuello. Con ello no quiero decir que sea
esa la intención del diario Spiegel, y mucho menos de su columnista,
que, de hecho, se muestra crítico con los susodichos mercados y con las
iniciativas tomadas hasta ahora por el BCE. Pero sí logra calentar los
ánimos en un momento que, repito, estamos bajo la atenta mirada de las
hienas.
En fin, sea como sea, aquí os dejo el
artículo, no sin pedir disculpas por algunas frases que probablemente
carezcan de sentido, pero es que he intentado traducir lo más rápido
posible y la economía, además, no es mi fuerte, aunque pongo todo mi
empeño en ello… y es que poco se puede hacer contra estos bravucones si
no se comprende lo que dicen….
http://www.spiegel.de/wirtschaft/service/0,1518,826868,00.html
http://www.spiegel.de/wirtschaft/service/0,1518,826868,00.html
¡Bienvenidos de nuevo a la crisis!
Un comentario de Wolfgang Münchau
Un buen billón ha bombeado el
BCE para estabilizar la situación. Pero la idea de estar así comprando
tiempo se muestra como una ilusión. En España se agrava la situación, en
los mercados reina el nerviosismo. Volvemos a estar en el punto en el
que nos encontrábamos antes de Navidad.
¡Bienvenidos a la crisis! No hace mucho
tiempo desde que Alemania declinaba en Bruselas un aumento de los fondos
de rescate con el argumento de que los mercados se habrían
tranquilizado. Sorprendentemente no ha sido así. Hace dos semanas
reinaba por todas partes el optimismo en Europa. En los últimos días
irrumpen de nuevo los mercados. ¿Qué ha cambiado durante esta semana?
Se han impuesto dos creencias. La
primera atañe a España, la segunda al Banco Central Europeo. En los
mercados espera que España necesite un rescate antes de que acabe este
año. Cuando eso pase, el recién aumentado fondo de rescate resultará ser
demasiado pequeño. Dentro de pocos meses nos encontraremos de nuevo
ante la decisión de aumentar el fondo otra vez o arriesgar la ruptura
del espacio-euro.
El gobierno español presentó la semana
pasada un presupuesto que debería servir para ahorrar 27 mil millones de
euros este año. El problema es que España está ya metida en la
recesión. La cuota de desempleo llega al 23%, y en el caso de la gente
joven alcanza hasta el 50%.
España se encuentra ahí donde Grecia se encontraba hace dos años
Quien ahorra en tiempos de decrecimiento
económico, actúa de manera procíclica. Eso significa que la política de
presupuestos refuerza la recesión. El mecanismo consiste en una
interacción entre ahorro público, ahorro privado, otra caída de los
precios de la vivienda, con las consecuentes pérdidas adicionales de los
bancos, una crisis de crédito más persistente, un agravamiento de la
recesión, la cada vez menor recaudación impositiva, déficits más
elevados y más programas de ahorro. Pueden pasar muchos años hasta que
se rompa el círculo vicioso. Para España espero una recesión que puede
durar una década entera.
La ironía está en que la cuota de deuda
española crece a pesar de que el país paga su deuda. La razón es que la
cuota es un cociente: cuando el denominador – el rendimiento económico –
cae con más fuerza que el numerador – las deudas -, entonces la cuota
aumenta.
Los mercados ya no creen en una
estabilización de la deuda de España. No es ninguna casualidad que los
últimos ataques de pánico en los mercados hayan pasado justamente esta
semana en la que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha
anunciado medidas para ahorrar otros 10.000 millones en este año 2012, a
través del “aumento de la eficiencia” en el sector de la sanidad y la
educación. España se encuentra en estos momentos allí donde Grecia se
encontraba hace dos años.
En este círculo vicioso sólo existen dos
caminos. El primero es salirse del euro. El segundo es un programa de
rescate que termina en la cancelación de la deuda para el sector
financiero. Decisivas no son aquí las deudas públicas, sino las deudas
de los bancos. Se va a llevar por lo tanto a los bancos bajo un fondo de
rescate, obligarles allí a declararse en bancarrota o a aceptar una
fusión, y cubrir los costes que surjan de manera conjunta. Otra salida
no hay.
La segunda razón para el pesimismo en
los mercados es una nueva percepción de la política del BCE. En
diciembre y febrero empujó el BCE un buen billón de euros en liquidez en
el sector banquero. Los mercados reaccionaron en principio con euforia.
La idea era que los bancos pidieran prestado dinero barato al BCE con
un plazo de amortización de tres años. Con este dinero comprarían a sus
gobiernos bonos a corto plazo y estabilizarían de esta manera el
mercado de bonos. Al BCE no se le permitió por razones legales, comprar
él mismo los bonos. Optaba así hacerlo a través de los bancos.
La política del BCE funcionó como una droga
Esta teoría tiene una serie de ganchos
que ahora se han vuelto visibles. El primero de ellos es que la acción
se hace de manera indirecta y por ello resulta cara. Solamente una
fracción del dinero fluye realmente en la compra de bonos. El BCE
hubiera conseguido mucho más con un pequeño programa de compra directa.
Tampoco está claro ni económica ni moralmente porqué da a los bancos un
dinero que ha negado a los gobiernos. En España, el problema no era el
sector público, sino precisamente los bancos.
Y se da otro problema técnico importante
con la operación del BCE. Los bancos deben depositar en el BCE una
garantía de liquidez. Para ello se utilizaron una parte de los recién
adquiridos bonos públicos. Pero el hecho de necesitar garantías
adicionales, hizo que se buscaran otras soluciones. La consecuencia: las
garantías que de por sí se necesitan en el mercado de hipotecas
resultan escasas. A través de la operación del BCE muchos bancos ya no
tienen más acceso a esta fuente normal de financiación del sector
privado. La política del BCE funciona por ello como una droga. Quien se
meta un chute de liquidez se vuelve dependiente de golpe.
La política del BCE ha solucionado así
la crisis bancaria de manera aparente. En realidad la situación de los
bancos europeos está tan mal como nunca antes. Y como en el Japón de la
década de los 90, los gobiernos no tienen ninguna estrategia para
solucionar este problema de manera efectiva.
La mayor de las sandeces fue la
argumentación de que la política de liquidez del BCE daría tiempo a los
gobiernos para resolver la crisis. Se trataba de una ilusión temporal.
Permitía a los responsables negar la realidad otros tres meses y aplazar
el problema.
Una de las nuevas experiencias de esta
crisis es que los bancos* son cada vez más cortos. Después de semana
santa estamos en el punto en el que nos encontrábamos antes de navidad.
*Juego de palabras: aplazar el problema se dice en alemán “Das Problem auf die lange Bank schieben”,
que vendría a significar “empujar el problema por un banco largo”… de
ahí que en el párrafo posterior el autor señale que “el banco” es cada
vez más corto.
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