Ilustres señores, gentiles señoras, copelianos todos: Aunque el Presidente del Gobierno hubiera nombrado Ministro de Justicia al Dios Padre, a su Unigénito Hijo Nuestro Señor Jesucristo o al mismísimo Espíritu Santo, estaríamos ante el peor, el más sectario, desprestigiado, partidista y servil, porque sería lo que dirían los reyes del noísmo.
Resumiendo, el problema no es el nombrado sino el nombrador que, mientras no se cambie la Constitución, seguirá siendo, hasta que el pueblo soberano quiera, el Sr. Zapatero y no el Sr. Brey que está en la O-P-O-S-I-C-I-Ó-N.


Esto es lo que busca el Gobierno encargado de la destrucción de las diecisiete" Españas,"
Publicado el: jueves, 08 de febrero de 2007 21:13 por dolxia
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