Señora Merkel perdónanos nuestras deudas que nosotros perdonaremos a nuestros deudores
Hace tiempo, antes de que el tema de la deuda, los riesgos y la prima se hicieran tan actuales, un amigo y vecino “POLITICO PROFESIONAL INDEPENDIENTE”, como se AUTODEFINE. en plan de chanza, me hizo el siguiente comentario “si todos nos debemos a todos, pues nos perdonamos las deudas y empezamos desde cero”. Al principio lo que no pasó de ser un comentario espontáneo en una conversación improvisada, fue tomando con el tiempo una perspectiva más profunda dentro de mis reflexiones, sobretodo al empezar a debatirse en público el pago de la deuda o la existencia en si de una deuda legítima y otra ilegítima. ¿Sería posible una solución tan sencilla como negarse a pagar y empezar de cero? ¿Algo tan bienintencionado que es destacado hasta en las plegarias del catecismo católico? Desde luego que sencillo no, lamentablemente, ¿pero posible?, eso depende sobretodo del modelo económico que queramos construir para el futuro de todos
Si ese modelo sigue basado en los pilares capitalistas de emisión de deuda soberana por parte de los estados, en el sistema bancario de creación de dinero y en las leyes especulativas del mercado, debe pasar algo muy gordo y muy serio a nivel global, planetario, para que la humanidad en su conjunto, los gobiernos, los países y los banqueros en particular, nos perdonáramos todas las deudas contraídas. Pero si apostamos por otro modelo opuesto, post y anticapitalista, donde lo humano vuelva a prevalecer sobre lo económico, tal vez si seria posible. Personalmente soy partidario, y creo fervientemente, (y eso que yo de creer poco o nada) de que se avecina un Neo-Renacimiento de la humanidad, una época que nos permita pasar la negra página escrita en la historia por la dictadura neoliberal.
Hasta la crisis de la deuda europea, o deuda del Norte que sufrimos hoy en día, los males de la deuda externa solo afectaban a países del Sur en vías de desarrollo o del tercer mundo; África desde su descolonización, America Latina desde los años 50, Sudeste Asiático desde los 70…El nivel de deuda fue tan asfixiante que en muchos casos todo el PNB de un país no era suficiente ni para pagar los intereses de la misma. Consecuencia, el aumento de la pobreza, la miseria y las injusticias que todos tenemos impresas como imágenes en nuestra memoria. Mientras tanto, los países ricos del Norte (y todos sus ciudadanos) con EEUU y Europa a la cabeza, se aprovechaban sin descaro de esta situación, pues de facto eran los dueños de esos países a través del FMI y el BM y mediante la imposición de gobiernos dictatoriales amigos, lo que les permitía esquilmar a su antojo los recursos naturales, la biodiversidad, y hasta la mano de obra, utilizada muchas veces en un sistema, digámoslo suavemente pseudo-esclavista. Y a su vez utilizándolos con un descaro inaudito, como sumideros de nuestra propia contaminación y como vertederos de nuestros residuos materiales y ambientales, los desechos de nuestra decadencia ética y moral.
Pero volviendo al tema que nos ocupa ¿que pasaría si España, dentro de un nuevo contexto político y económico nacido del poder ciudadano y refrendado en las urnas democráticamente, dijera que toda deuda contraída por el régimen anterior puede considerarse odiosa y se negara a pagarla, condonando a su vez toda las deuda debida por el mismo motivo? ¿Cual sería la consecuencia en la económica europea y mundial? Aparte de salir del fariseo mercado europeo, de liberarnos de los compromisos del FMI y el BM y de volver a tener una moneda nacional ajena a las especulaciones financieras, tal vez una consecuencia inesperada pero esperanzadora sería que uno tras otro los países más endeudados seguirían su ejemplo como naciones soberanas, y tras ella, tal vez, solo tal vez, Irlanda, Grecia, Portugal e Italia seguirían su ejemplo, y después los países del Este de Europa. ¿Y si los ciudadanos de todos esos países engañados por la estafa de los índices bancarios se negaran a pagar sus deudas como exigencia para la depuración de responsabilidades? Al mismo tiempo los países del Sur, liberados por la condonación de la deuda de todos los países anteriores también pedirían y exigirían con más fuerza a otros países acreedores la condonación total de todas sus deudas, ya sea por considerarlas odiosas o como pago o compensación por la deuda ecológica contraída. Comenzaría un proceso parecido al juego de las fichas del domino, si dejas caer la primera caerán el resto una tras otra, empujada por la anterior, empujando la siguiente. La consecuencia de todo ello sería que el sistema financiero especulativo mundial se desmoronaría y la oligarquía bancaria entraría en colapso, librando al mundo de las cadenas de la deuda. Un bello final, un esperanzador inicio.
Si ese modelo sigue basado en los pilares capitalistas de emisión de deuda soberana por parte de los estados, en el sistema bancario de creación de dinero y en las leyes especulativas del mercado, debe pasar algo muy gordo y muy serio a nivel global, planetario, para que la humanidad en su conjunto, los gobiernos, los países y los banqueros en particular, nos perdonáramos todas las deudas contraídas. Pero si apostamos por otro modelo opuesto, post y anticapitalista, donde lo humano vuelva a prevalecer sobre lo económico, tal vez si seria posible. Personalmente soy partidario, y creo fervientemente, (y eso que yo de creer poco o nada) de que se avecina un Neo-Renacimiento de la humanidad, una época que nos permita pasar la negra página escrita en la historia por la dictadura neoliberal.
Hasta la crisis de la deuda europea, o deuda del Norte que sufrimos hoy en día, los males de la deuda externa solo afectaban a países del Sur en vías de desarrollo o del tercer mundo; África desde su descolonización, America Latina desde los años 50, Sudeste Asiático desde los 70…El nivel de deuda fue tan asfixiante que en muchos casos todo el PNB de un país no era suficiente ni para pagar los intereses de la misma. Consecuencia, el aumento de la pobreza, la miseria y las injusticias que todos tenemos impresas como imágenes en nuestra memoria. Mientras tanto, los países ricos del Norte (y todos sus ciudadanos) con EEUU y Europa a la cabeza, se aprovechaban sin descaro de esta situación, pues de facto eran los dueños de esos países a través del FMI y el BM y mediante la imposición de gobiernos dictatoriales amigos, lo que les permitía esquilmar a su antojo los recursos naturales, la biodiversidad, y hasta la mano de obra, utilizada muchas veces en un sistema, digámoslo suavemente pseudo-esclavista. Y a su vez utilizándolos con un descaro inaudito, como sumideros de nuestra propia contaminación y como vertederos de nuestros residuos materiales y ambientales, los desechos de nuestra decadencia ética y moral.
Pero volviendo al tema que nos ocupa ¿que pasaría si España, dentro de un nuevo contexto político y económico nacido del poder ciudadano y refrendado en las urnas democráticamente, dijera que toda deuda contraída por el régimen anterior puede considerarse odiosa y se negara a pagarla, condonando a su vez toda las deuda debida por el mismo motivo? ¿Cual sería la consecuencia en la económica europea y mundial? Aparte de salir del fariseo mercado europeo, de liberarnos de los compromisos del FMI y el BM y de volver a tener una moneda nacional ajena a las especulaciones financieras, tal vez una consecuencia inesperada pero esperanzadora sería que uno tras otro los países más endeudados seguirían su ejemplo como naciones soberanas, y tras ella, tal vez, solo tal vez, Irlanda, Grecia, Portugal e Italia seguirían su ejemplo, y después los países del Este de Europa. ¿Y si los ciudadanos de todos esos países engañados por la estafa de los índices bancarios se negaran a pagar sus deudas como exigencia para la depuración de responsabilidades? Al mismo tiempo los países del Sur, liberados por la condonación de la deuda de todos los países anteriores también pedirían y exigirían con más fuerza a otros países acreedores la condonación total de todas sus deudas, ya sea por considerarlas odiosas o como pago o compensación por la deuda ecológica contraída. Comenzaría un proceso parecido al juego de las fichas del domino, si dejas caer la primera caerán el resto una tras otra, empujada por la anterior, empujando la siguiente. La consecuencia de todo ello sería que el sistema financiero especulativo mundial se desmoronaría y la oligarquía bancaria entraría en colapso, librando al mundo de las cadenas de la deuda. Un bello final, un esperanzador inicio.
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