¿Qué vas a hacer en las próximas elecciones? Interesante pregunta,
¿No? Pues ya están acercándose y es posible que, al igual que una gran
parte de los españoles, no lo tengas muy claro. Incluso es más que
probable que, como es costumbre ya en España, seas de los que aguardan
al último minuto para tomar una decisión.
Bien, para que no tengas la desafortunada idea de esperar a encontrarte delante de las papeletas para elegir tu voto (sucede como con las compras impulsivas de los supermercados), voy a publicar este texto con la intención de ayudarte a decidir y saber cuales van a ser las consecuencias de tus actos.
Ante todo ten claro que no solo tú estarás pendiente de las
elecciones, ya que los políticos estarán frotándose las manos unos, o
poniéndose nerviosos otros.
¡Comienza la fiesta del reparto de poder en España!.
Y para ello comenzaremos con unas elecciones para elegir los gobiernos autónomos y también a los ayuntamientos. Estos comicios suelen ser un claro índice de lo que va a ocurrir más tarde en las Elecciones Generales.
¡Comienza la fiesta del reparto de poder en España!.
Y para ello comenzaremos con unas elecciones para elegir los gobiernos autónomos y también a los ayuntamientos. Estos comicios suelen ser un claro índice de lo que va a ocurrir más tarde en las Elecciones Generales.
En lo que respecta a ti y a mí, como españoles típicos que somos, es
evidente que no tenemos muchos caminos a seguir, ya que actualmente
únicamente podemos:
A) Votar al partido político elegido.
B) Votar, pero a nadie en particular (voto en blanco).
C) Abstenerse de votar.
En España el voto es un derecho, aunque en otros países es además una
obligación (sobretodo en Sudamérica). Lo digo porque el hecho de que
sea obligatorio, nos proporciona una indicación válida del nivel de
libertades que posee un país. Más abajo lo explicaré.
También es verdad que si asumimos que nuestros políticos no son más
que unos fantoches dirigidos por otros más poderosos (llámese mercados,
Bilderberg, Iluminati, Rothchild, Banca, elige lo que quieras), tenemos
que dejar claro que a la hora de votar simplemente vamos a poder elegir
que tipo de fantoche tendremos. Ojo, que también puede pasar que el
fantoche resulte ser un tipo decente que intenta ayudar a sus
ciudadanos, aunque entonces directamente se lo cargan (como a J.F. Kennedy
y otros). En cambio si el fantoche agacha la cabeza y obedece las
órdenes sin rechistar, obtendrá suculentos premios de por vida (no hay
más que observar a nuestros ex-presidentes).
En resumidas cuentas, tenemos que saber que a pesar de las
elecciones, los cambios serán mínimos mientras no sean intensos y
constantes en el tiempo, no cada cuatro años, como sucede actualmente en
España. Como introducción y para ir abriendo boca, voy a hacer mi
pequeña reflexión sobre lo que es y representa el voto.
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El voto
El voto representa tu parcela de poder en el país.
Puedes decidir utilizarlo o no. El día de las elecciones es el momento
en que de manera directa y clara ejercitas tu derecho a decidir quién
será tu jefe. Hasta aquí la explicación oficial. Ahora bien, lo que
nadie cuenta es que según como se mire, el acto de votar tiene otro lado
oscuro del que nadie habla: Si asumimos que el voto representa nuestra
pequeña parte de poder en nuestro país, también tendremos que aceptar
como algo evidente que cuando votamos, en realidad estamos cediendo
nuestro poder de decisión, nuestro derecho a actuar y decidir -e incluso
parte de nuestras libertades- a otra u otras personas.
El voto al fin y al cabo no es más que una fórmula para delegar todos
los poderes y derechos políticos que posees -que posee el ciudadano de
cualquier país- en otras personas que se van a dedicar exclusivamente a
hacer uso de ellos.
En este punto voy a aprovechar para desmentir lo que ya considero una
“leyenda urbana”: Mucha gente piensa que si algo va mal en el país,
moralmente no tienes derecho a manifestarte ni a protestar si no votaste
anteriormente, puesto que desperdiciaste la ocasión de hacerlo en su
momento. Eso es falso, nunca pierdes el derecho a
protestar, de hecho si siguiéramos esa filosofía, realmente quien
perdería su derecho es aquel que votó, puesto que delegó sus poderes en
otros.
Por lo tanto aunque decidas no participar en las elecciones,
continuarás manteniendo intactos tus derechos de protesta y huelga, pese
a quien epse.
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El Dueño de un país
Bien, entonces ya tenemos un poco más claro el concepto del VOTO.
Vamos ahora con otra definición, puesto que parece que hay mucha gente
confundida (sobretodo nuestros mandatarios).
Un país no pertenece a los políticos, ni siquiera a un gobierno: Un país pertenece a sus ciudadanos, que -como ya he dicho- cuando ejercitan su derecho a voto, lo hacen para delegar sus poderes, su pequeña porción de propiedad nacional en otras personas.
Como no podemos gobernar todos a la vez (aunque en realidad con las
nuevas tecnologías sí que podríamos), se utiliza este sistema para
concentrar lo de todos, en unos pocos.
Evidentemente no todos pensamos de la misma manera, ya que unos se
sentirán atraídos por la verborrea de algún dirigente, otros preferirán
elegir un partido político afín a sus ideologías y otros sencillamente
preferirán no prestar atención a nada que tenga que ver con política
(por cierto, lo que considero un craso error).
Una vez que tenemos claros estos conceptos vamos a explicar que opción
de las tres posibles planteadas al inicio, deberías seleccionar para
cumplir tus objetivos, sean los que sean.
TU ELIGES: VOTO, VOTO EN BLANCO O ABSTENCIÓN
A) Votar al partido político elegido.
B) Votar, pero a nadie en particular (voto en blanco).
C) Abstenerse de votar.
En unas elecciones hay esas tres posibles opciones que puedes elegir (A, B y C)
para conseguir cuatro resultados posibles. En función de lo que desees
obtener tendrás que elegir una u otra opción. He buscado y rebuscado y
creo que no existen otros caminos “civilizados”. Por supuesto que estas
no son las verdades absolutas, pero creo que se aproxima bastante a
nuestra actual coyuntura. Una vez reflexionado sobre ello, creo que
estas son las acciones a realizar en función de lo que desees:
1) Quiero que salga ganadora una determinada fuerza política
Deberías elegir la opción A (votar). Si lo que
deseas es que gane tu partido político, simplemente deberás votar el día
de las elecciones al que más te guste, así de sencillo. Muy
probablemente esa será la opción mayoritariamente elegida por los
españoles, puesto que siguen creyendo que viven en una democracia y que
aún se pueden producir cambios con una votación cada 4 años y con los
mismos “varones” de los partidos década tras década. Pues has de saber
que con tu voto estás dando carta blanca a ese partido para hacer con él
lo que quiera, de hecho ya ni siquiera se molestan en cumplir
mínimamente su propio programa electoral. Aún así, el que la mayoría de
personas vote a un determinado partido político no es lo peor, puesto
que gobierna y ya está. El problema viene cuando no obtienen una mayoría
aplastante: Todos sabemos las estafas (porque eso es lo que son) a las
que nos tienen acostumbrados nuestros políticos, ya que una vez que
obtienen los votos, los utilizan sin ningún escrúpulo para negociar y
obtener todo tipo de prebendas, incluso pactando con los que deberían
ser sus rivales políticos.
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2) No me gusta ningún político, pero quiero que se vaya el actual
Deberías elegir la opción A ó la C (votar o abstención).
Si eso es lo que deseas, probablemente tu seas de los que elegirán el
llamado “voto de castigo”, es decir, votarás al -en teoría- enemigo del
partido político que no quieres que gane, que suele ser el que se
encuentra actualmente en el poder. Viene a ser una especie de “cualquiera será mejor que tú“,
por lo que votarás a cualquier otro. Si hay un adversario político
definido, sin duda esa será tu elección, ya que de esta manera piensas
que le harás el mayor daño posible. Por ejemplo, en España, el que se
encuentre descontento con el gobierno actual (PSOE) votará casi sin
dudar al Partido Popular, ya que en teoría son rivales irreconciliables
(nada más lejos de la realidad, por cierto). Si deseas más información,
lee al respecto la entrada ya publicada sobre autocompetencia (o bipartidismo). La otra opción es abstenerse, de la cual hablo más abajo.
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3) No me convence nada de lo que hay
Deberías elegir la opción B (voto en blanco).
Si tu deseo es que alguien gobierne con el sistema actual, pero ninguna
de las opciones te convence demasiado debes introducir en la urna el
sobre de la papeleta vacío (lo que se llama voto en blanco). De esta
manera aportas tu granito de arena al sistema, pero sin
especificar nada en particular. Este método de participación tiene la
característica de que suele beneficiar al partido mayoritario. Esto es
así debido al método de recuento elegido en España (y muchos otros
países) llamado método D’Hondt.
La particularidad de este sistema es que a la hora de repartir las
parcelas de poder (escaños) se tienen en cuenta todos los votos, tanto
los que designan a un poder político como los que han votado en blanco.
De esta manera el recuento final beneficia claramente a la opción que
más votos haya obtenido, perjudicando al resto. Si seleccionas esta
opción, significa que estás completamente de acuerdo con el sistema
establecido, aunque no te guste ningún partido político.
Es decir, que si votas con la papeleta en blanco en realidad estás votando al partido ganador, sin siquiera saber quién va a ganar.
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4) Quiero un cambio real
Para provocar esto, deberías elegir la opción C (abstención). Atención, haz esto sólo si realmente quieres cambiar El Sistema.
Esta tercera opción es la más temida por los políticos. Si sigues
cualquier campaña en unas elecciones en cualquier parte del mundo,
comprobarás que lo que siempre piden y buscan -todos sin excepción- es
que haya una fuerte participación ciudadana. ¿Porqué? Porque esto
refrenda el sistema, alimenta su poder, y como ya habrás deducido, sin votos no hay poder.
Recuerda que un voto es en realidad una entrega de poderes a otros. Es
llamativo que en algunos países de Sudamérica te veas forzado a votar,
obligado a apoyar un sistema con el que es posible no estés de acuerdo.
Esa obligatoriedad garantiza la entrega de tu poder a unos y a otros,
sin posibilidad de quedarte fuera de un sistema que consideres erróneo o
que pueda estar corrupto.
De todas maneras, sea obligada la participación o no, cuando haces
uso de tu voto estás apoyando todo el sistema sin ambages de ningún
tipo. No hay blanco ni negro, si vas a votar, estás aceptando los
términos establecidos, literalmente como si firmaras un contrato. Si
estás aceptando y apoyando todo el sistema político actual, ¿Porqué iban
a querer los políticos cambiar algo que les beneficia claramente?
Aunque no lo creas, en España tenemos un sistema de castas muy
similar al de la India, solo que en política. Nadie podrá dedicarse en
serio a estos menesteres sin tener el apoyo de algún familiar o amigo
metido en política. Ahora bien, ¿Realmente es así como funciona el
sistema de votos?
Te voy a poner un ejemplo muy sencillo: Los votos/gente son ovejas, los políticos pastores y el cercado, el sistema:
Cuando las ovejas se encuentran dentro del redil, no importa realmente con qué pastor se encuentren, ya que si no están con uno, están con otro y tarde o temprano, de una manera u otra, todos los pastores se benefician de su leche, de su lana y les mantienen los prados limpios. Si se encuentran solas también da igual, ya que estando dentro del cercado (es decir, votando aunque sea en blanco) las tienen controladas, siguen obteniendo beneficios de ellas y no se pueden ir muy lejos, así que realmente no les importa.
El problema viene cuando las ovejas no quieren estar dentro del redil. Ante ese panorama los pastores están realmente preocupados, ya que no las tienen a la vista y no las pueden utilizar porque han decidido marcharse fuera. Eso no les gusta nada y de hecho les da pánico. No hay cosa peor que un pastor (un político) sin ovejas (sin gente, sin apoyos, sin votos). Tener unas ovejas que se han escapado del rebaño y que andan libres y sin control no les gusta nada a nuestros pastores.
Si participas en las elecciones votando de una manera u otra, les estás dando legitimidad y les estás apoyando:
Apoyando el sistema político de castas, apoyando los privilegios que se
han adjudicado a sí mismos y en definitiva, apoyando de una manera
firme y sin fisuras todo lo que es hoy día la política: Corrupciones,
amiguismos, sobornos, abusos, vendettas, robos, malversación, derroches y
privilegios autoasignados.
En estas elecciones este que os escribe no va a votar. ¿Porqué?
- Porque estoy seguro que ningún político será lo bastante honesto para aprobar un recorte de sus beneficios y privilegios.
- Porque seguirán anteponiendo sus propios intereses a los de los demás.
- Porque si hay bastante dinero de por medio, seguirán corrompiéndose.
- Porque no impedirán jamás los desmanes de sus amigos los banqueros que están desvalijando a una gran parte de las familias españolas.
- Porque estoy asqueado de ver como unos desaprensivos se aprovechan de muchas buenas personas que aportan sus impuestos esperando que nadie se quede con el dinero de todos.
Si levantamos una esquina de la alfombra, esto es lo que podemos encontrar debajo:
- El caso Gürtel en Valencia.
- Asesinatos.
- El Ayuntamiento de Llanes en Asturias (intentando robar a sus ciudadanos)
- Jaume Matas, Unió Mallorquina, Antoni del Olmo y otros más en Mallorca.
- Riopedre en Asturias (el encargado de gestionar TODAS las compras en materia de educación en Asturias, otros dos altos cargos y dos empresarios están en la cárcel por algo llamado “caso Marea”. Seguro que si eres de fuera de Asturias la falsimedia no te ha dicho nada…)
- Juán Antonio Roca en Marbella.
- …no sigo porque solo es “una esquina de la alfombra”, imagínate el resto (y seguro que tu recuerdas muchos más).
Ya por el año 2006 había estudios
que indicaban que ‘La corrupción se ha infiltrado en la vida pública y
ha hecho nido’, esto último dicho por Roban Codees, director de política
e investigación en Transparencia Internacional. Al respecto no te
pierdas el “Mapa de corrupción en España“.
Pues bien, si participas activamente en las elecciones, significa que
estás de acuerdo con todo el sistema; que los poderosos salgan indemnes
de sus fechorías, que literalmente nos roben nuestro dinero 0 que pisen
a cualquiera con tal de permanecer ellos a flote.
Por último voy a exponer otro ejemplo donde intento demostrar que
aunque tengas mayoría absoluta, no es lo mismo gobernar con más votos
que con menos . Y te lo voy a exponer a escala para que sea más fácil de
comprender.
- Tenemos una habitación con 103 personas divididas de la siguiente manera.
- Hay 3 que son políticos (PP, PSOE y OTROS)
- El resto (100) son ciudadanos normales y corrientes que van a elegir a sus mandatarios.
- Imaginemos que en las siguientes elecciones va a ganar el PP, pero ojo, porque hay maneras y maneras de ganar.
Escenario 1:
Gana el PP por mayoría aplastante. Gobierna con comodidad y hace lo que
le viene en gana. El resto de partidos se queda a verlas venir.
Escenario 2:
Gana el PP por los pelos. Gobierna a trancas y barrancas y para poder
sacar adelante sus leyes se verá obligado a pactar frecuentemente con
otras fuerzas políticas, que obtendrán grandes beneficios de ello. En
este escenario el contrabando y mercadeo de los votos de los ciudadanos
llega a un punto en que dan ganas de vomitar. Por supuesto, aunque hayas
votado al PP, ellos pueden luego usar tu voto para pactar con CiU, los
nacionalistas o con quien les de la gana. Ello es así porque una vez que
les entregues tu voto, tu opinión ya no cuenta. He puesto como ejemplo
el PP, pero puedes sustituir esas siglas por las del partido político
que quieras, POR EL QUE QUIERAS, ya que no se libra ni uno.
Escenario 3:
Este escenario es el mejor, gana el PP por mayoría aplastante, pero la
participación es apenas del 20%. De las 20 personas que han votado, una
lo hizo en blanco y otras dos a cada uno de los restantes. Ello quiere
decir que de las 100 personas que hay en esta habitación imaginaria,
sólo han apoyado al partido ganador 17 personas. Si, es cierto, el PP ha
ganado las elecciones al resto de partidos por abrumadora mayoría, pero
¿Qué pasa con esas 80 personas que no han votado? Evidentemente no es
lo mismo gobernar esa hipotética habitación sabiendo que te apoyan 80 de
las 100 personas que hay, que gobernar con unos ridículos 17 votos.
Frente a un escenario de estas características es cuando los
gobernantes se empiezan a poner realmente nerviosos, ya que hay un
montón de gente que no ha apoyado a nadie. No apoya el sistema
establecido, es decir, “su” sistema. Son personas que no quieren
participar de esa farsa, porque ya están hartos. Si no estás de acuerdo
con el sistema político establecido, no debes utilizarlo bajo ningún
concepto, puesto que en el momento que lo utilizas le estás dando
implícitamente tu pleno apoyo y aceptación.
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