Cuando el suicidio de un adolescente ocurre en edad estudiantil se deben tomarlas siguientes medidas:
La muerte por suicidio deja tras de sí muchas preguntas: ¿por qué lo hizo? ¿Podíamos haberlo evitado? ... Por más que lo intentas, no consigues entender las razones que le llevaron a quitarse la vida.
Procura no atormentarte demasiado buscando el porqué, y con el tiempo algunas respuestas irán saliendo a la luz.
Es frecuente también un sentimiento de vergüenza, que lleva a no querer hablar de la circunstancias de la muerte. Algunas personas necesitan mucho tiempo solamente para pronunciar la palabra suicidio.
Seguramente te invade también un sentimiento de culpabilidad. Te puedes sentir mal por algo que dijiste o hiciste. La sensación de culpa es algo perfectamente normal después de una muerte de estas características. Uno se reprocha el no haberse dado cuenta de lo mal que estaba... y suele quedar una fuerte sensación de no haber sabido cuidarle. Piensa que con el tiempo, pasarás simplemente a lamentar algunas cosas del pasado, y que llegará el día, en que sólo quede un sentimiento de impotencia ante la muerte.
Después del suicidio de un ser querido, puede ser natural sentir mucha rabia y enfado hacia la persona que te abandonó (¡Cómo has podido hacerme esto!), hacia Dios que no hizo nada por impedirlo, y hacia todos los que han podido contribuir directa o indirectamente en la realización de esta acción desesperada. La rabia es un sentimiento pasajero, y como tal, irá disminuyendo. Mientras tanto, busca formas positivas de canalizar tu cólera, sin autocastigarte y sin herir
inútilmente a otras personas.
Recuerda que no pudiste elegir por él o por ella, y que la decisión del suicidio fue enteramente suya. Acepta también que a pesar de lo que hayas podido decirle, tus palabras no han tenido nada que ver con su decisión.
A medida que la tormenta de emociones vaya calmándose, surgirá poco a poco la aceptación. Date tiempo para llegar allí, un duelo por suicidio necesita más tiempo para sanar. Se pacientecontigo mismo y verás el día que aceptes su elección.
Si sientes deseos de quitarte la vida, no esperes, y antes de que puedas hacer algo irreversible, acude a un profesional que te ayude a buscar alternativas y a utilizar todos tus recursos personales para salir adelante.
El sufrimiento puede enseñar a dar un nuevo sentido a la vida, a cambiar tus valores y tus prioridades. Quizás ahora te parezca imposible, pero irás encontrándote mejor, serás capaz de perdonar, y llegara un día en que podrás decir que la vida continua y que te sientes feliz por estar
vivo.
1- Evitar las explicaciones simplistas del hecho ocurrido
2- Evitar que el suicidio sea presentado como un acto heroico,
romántico, fascinante, o como una salida probable ante determinadas
situaciones.
3- Identificar los problemas de la salud mental de la víctima y
correlacionarlos con la conducta suicida.
4- Brindar ejemplos de otros estudiantes, que en similares situaciones,
en peores condiciones y con motivos parecidos, buscaron otras soluciones
no destructivas para adaptarse.
5- Lograr que los estudiantes identifiquen otras salidas ante los
problemas que conllevaron el suicidio del compañero.
6- Lograr que identifiquen aquellos factores protectores que hubieran
podido evitar el suicidio del compañero.
Los maestros y profesores, con un mínimo de entrenamiento en la
prevención del suicidio, pueden prestar una valiosa ayuda en la
disminución de esta causa de muerte entre sus estudiantes,
principalmente erradicando en ellos y en los padres y madres de los
estudiantes, los criterios erróneos relacionados con el comportamiento
suicida:
I- Criterio erróneo. El que se quiere matar no lo dice.
Criterio científico. De cada diez personas que se suicidan, nueve de
ellas dijeron claramente sus intenciones suicidas y la otra la dejó
entrever.
II- Criterio erróneo. El que lo dice no lo hace
Criterio científico. Todo suicida expresó con palabras, amenazas,
gestos o cambios de su comportamiento, lo que habría de suceder.
III- Criterio erróneo. Los que intentan el suicidio no desean morir,
sólo hacen el alarde.
Criterio científico. Aunque no siempre los que intentan el suicidio
desean morir, es un grave error tildarlos de alardosos, pues son
personas a las que les han fallado sus mecanismos útiles de adaptación y
no encuentran alternativas adecuadas de afrontamiento.
IV- Criterio erróneo. Todo el que intenta contra su vida morirá por
suicidio.
Criterio científico. Entre el 1% y 2% de los que intentan el suicidio se
suicidan durante el primer año de cometida la tentativa de
autoeliminación, y entre el 10% y 20% se suicidarán en el resto de sus
vidas.
V- Criterio erróneo. El suicidio se hereda
Criterio científico. Aún no ha sido demostrado el carácter genético del
suicidio, aunque se puede encontrar en varios miembros de una familia
este tipo de conducta autodestructiva, lo que se ha interpretado como
una predisposición genética a padecer determinada enfermedad mental en
la que el suicidio es un síntoma principal.
VI- Criterio erróneo. Todo el que se suicida está deprimido.
Criterio científico. La depresión puede ser una de las causas de
suicidio pero no es la única ya que otras condiciones también lo pueden
conllevar como las esquizofrenias y la dependencia de sustancias,
principalmente alcohol y drogas (éxtasis, cocaína, barbitúricos).
VII- Criterio erróneo. El suicidio no puede ser evitado porque ocurre
por impulso.
Criterio científico. Toda persona antes de cometer suicidio evidencia
una serie de síntomas que han sido definidos como Síndrome Presuicidal,
consistente en constricción del intelecto, inhibición de la agresividad,
la cual ya no es dirigida hacia otras personas, reservándola para sí, y
la existencia de fantasías y representaciones suicidas, todo lo cual
puede ser detectado y con ello evitar que la persona lleve a cabo sus
intenciones suicidas.
VIII- Criterio erróneo. Si se le pregunta a una persona en riesgo
suicida si ha pensado matarse, se le puede incitar a que lo ejecute.
Criterio científico. Está demostrado que hablar sobre el suicidio con
una persona en riesgo en lugar de incitarlo, provocarlo, inducirlo, o
introducirle en su cabeza esa idea, se reduce el riesgo de cometerlo ya
que puede ser la única y última posibilidad que ofrezca el individuo
para que conozcamos cómo pensaba.
IX- Criterio erróneo. Sólo los psiquiatras y psicólogos pueden prevenir
el suicidio.
Criterio científico. Cualquier sujeto interesado en ayudar a evitar el
suicidio de otra persona puede ser un valioso colaborador, porque la
prevención del suicidio es tarea de quien se encuentre más cerca de la
persona en crisis suicida y sepa qué hacer en ese momento.
X- Criterio erróneo. Usted no puede evitar que otra persona se suicide.
Criterio científico. Si usted se ha interesado por leer este libro, ha
dado su primer paso en la prevención del suicidio. Si lo que ha leído le
permite evitar un suicidio, considere que ya es un colaborador.
En este "Caso" Muy especial cuidado con los comentarios.
SUICIDIOS INDUCIDOS CRIMINALMENTE. El Código Penal tipifica estos delitos en el Artículo 143, así1. El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años.2. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona.3. Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte.4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los números 2 y 3 de este artículo.Ciertas , relaciones personales perversas, sociopatías y psicopatías pueden explicar un suicidio. , puede provocar, y provoca efectivamente, suicidios. Su investigación criminológica y criminalística debe hacerse profesionalmente, con las máximas garantías éticas y deontológicas. El juzgado instructor debe conocer todos los detalles y las más sutiles interpretaciones de cualquier pista o indicio (llamadas telefónicas, relaciones telemáticas por Internet, escritos, citas...) así como el análisis del siempre complejo fenómeno suicidógeno.
Pensemos mas y hablemos menos.
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